El timbre de tu voz se
adhiere a las paredes de
mi corazón, haciendo ding
dong, ding, dong.
Los sonidos vocales ponen
alas a la imaginación y me
invitan a volar.
Semeja el canto del viento
suave que sopla y cobija
la noche.
Repiquetea una y otra véz,
sus ecos penetran mi alma
y llenan de calma.
Es como el suave goteo
del carmín que pinta mi
mundo de magia y color.
Sus notas musicales
aligeran mi faena, se llevan
mi pena, me llenan de amor.
Es como el trinar de mil
jilgueros diciendo: Te quiero,
te quiero, te quiero.
Esa voz es todo lo que es,
todo lo que un día fué,
todo lo que mañana será.
Esa voz es la tuya y es
mía, solo mía.
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